El miedo

¿De qué tenía miedo George Bush? ¿De verdad temía lo que pudiese hacer Sadam Husein con sus no-armas de destrucción masiva? ¿O quizás esta foto fue tomada en el momento de mayor lucidez de su carrera y acababa de comprender a dónde se dirigía la economía de su país? Tiene la cara de alguien que acaba de darse cuenta de algo importante, como si se hubiera acordado de repente  que se ha dejado las lentejas puestas…

Previously on thegraymatters, habíamos hablado de las diferencias estructurales que parecían existir entre el cerebro de una  persona liberal y el de una persona conservadora. Pero no habíamos apuntado todas las diferencias que se habían encontrado. Nos faltaba una incluso más importante que las que ya hemos comentado.

Y es que los datos de resonancia magnética revelaron también que, en promedio, el volumen de materia gris de la amígdala derecha de los sujetos que habían declarado una ideología más conservadora era mayor. Es decir, los liberales tenían la Corteza Cingulada Anterior más grande y los conservadores la amígdala derecha. ¡Una diferencia más! Y una muy interesante…

Si os acordáis, la amígdala es un núcleo profundo del cerebro que participa en el procesamiento de las emociones, en la regulación de la distancia interpersonal entre humanos, en el amor (se inhibe cuando vemos a la persona amada)… Participa en tantas cosas y hemos hablado tanto de ella que he decidido hacerle un hueco aquí a la derecha en la nube de etiquetas. Pero lo que no hemos dicho es que también está involucrada en el procesamiento del miedo. De hecho existen al menos dos estudios que han relacionado la orientación política de una persona y su capacidad para manejar situaciones de miedo e incertidumbre. También existen diversos estudios que afirman que los conservadores sienten más asco (¿cómo se llama a una persona a la que le dan asco muchas cosas?) que los liberales y otros que apuntan a que la amígdala podría estar involucrada en este sentimiento…

Entonces, ¿tienen más miedo las personas conservadoras? ¿son también más tiquismiquis (encontré la palabra)? ¿les cuesta más adaptarse a situaciones nuevas? Bueno, estos resultados parecen apuntar en esta dirección, pero conviene ser escépticos con ellos. No porque sean falsos, sino porque no debemos sacar conclusiones precipitadas. De hecho, si os acordáis de la pregunta que se había planteado Colin Firth («¿Estarán nuestras preferencias políticas determinadas por nuestra estructura cerebral?») os daréis cuenta de que este estudio no le da una respuesta. Todavía no sabemos si la estructura determina la ideología o es la ideología la que determina la estructura. O ambas cosas se determinan entre sí, y todo se reduce a la eterna elección entre el huevo o la gallina.

Además, y dejando de un lado a los huevos y a las gallinas, pronto demostraremos que nuestras ideas políticas no son tan estables como nos gusta pensar y que un simple truco de magia (uno muy malo) puede hacernos cambiar de opinión en temas que consideramos muy importantes…

Luis M. Martínez Otero y Manuel Molano Mazón

6 comentarios sobre “El miedo

  1. Habéis vuelto, grata sorpresa. Cerebro político, El bueno de Colin y El miedo, interesantes entradas relacionando ideología y cerebro. Sería interesante hacer algún tipo de estudio (seguramente lo haya) preguntándole la ideología a las personas que estén afectas por algún motivo en esas zonas del cerebro.

    En fin, una muy buena noticia que escribáis de nuevo.

    1. Hola Jose, nos alegramos nosotros de que hayas vuelto a leernos.
      Tienes razón que sería interesante estudiar cómo afecta la pérdida o lesión de estas partes del cerebro a la ideología de una persona. Lo más parecido que encontré es un estudio de 1994 en el que mostraban como personas que habían sufrido una lesión en la amígdala tenían problemas para reconocer la expresión facial (miedo, alegría…) de otras personas. Lo curioso es que su capacidad para identificar a estas personas no se veía mermada en absoluto. Es decir, podían reconocer a su primo Juan en una foto, pero no sabían decir si estaba asustado, alegre, deprimido…
      te dejo aquí el resumen del artículo

  2. Muy interesante sin duda alguna.

    Y ahora un poco al hilo de lo que dices yo leí hace ya mucho tiempo, no recuerdo si fue en internet o fue en otro sitio, es más, creo que lo definían como un trastorno psiquiátrico, un texto en el que un paciente reconocía a su padre perfectamente pero decía que éste era un traidor, que era una persona que lo suplantaba. La explicación que daban era que el circuito o la zona implicada para reconocer las caras, el lóbulo temporal, no estaba afectado pero «la conexión entre éste y el sist. límbico» sí lo estaba, de manera que no sentía nada por él, no lo quería/odiaba, ergo pensaba que era alguien suplantándolo.

    En fin, lo dicho, la alegría es mutua. Tanto blog con el alma, el yo y la conciencia cuántica me estaba adormilando. Por cierto, el Antonio Damasio está el hombre ‘en tó los laos’.

  3. No fue aquí, lo habría recordado seguro… pero ¡¡¡muchas gracias!!!

    Muy brillante las líneas finales sobre ese cuadro en el que los amantes no se reconocen pero sí sienten. ¡Sois una mina sin fondo!

  4. Bueno los tres articulos me parecen interesantes y son temas que me hacen pensar el por qué de la educacion, ya que aunque hay una predisposicion genetica segun los estudios, ésta nos influye es una gran duda

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